lunes, 6 de septiembre de 2010

(12:15h) PARA MEDITAR...

LA VASIJA AGRIETADA

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba de los
extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas
tenía varias grietas, mientras q la otra era perfecta y conservaba toda el agua
al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaban la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego, la vasija
perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los
fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agietada estaba muy
avergonzada por su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada habló con el aguador diciendole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir".

El aguador, apesadumbrado, le dijo compasivamente: "Cuando regresamos a
casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino". Y así lo hizo la tinaja. En efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del
camino, pero de todos modos se sintió apenada porque, al final, sólo quedaba
dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

El aguador le dijo entonces: "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen a tu lado del camino?".

Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sebré
semillas de flores a lo largo de todo el camino por donde vas y todos los días
las has regado. Y por dos años, yo he podido recoger esas flores para adornar
el altar. Si no fueras exactamente como eres, con todo, también con tus
defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza".

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